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Frases célebres sobre: aba. [Página 119]

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El procedimiento lumínico. Una intensa luz eléctrica las veinticuatro horas del día en la celda o en el box donde está encerrado el detenido, una bombilla de potencia desmedida para una pequeña estancia con paredes blancas ¡La electricidad que economizaba

Frase célebre de Alexandr Solzhenitsyn

Según las condiciones del lugar, el box puede sustituirse por el foso de la división, como era costumbre en los campos militares de Gorojovets durante la gran guerra patria. A esta fosa, de tres metros de profundidad por unos dos de diámetro, se arrojaba

Frase célebre de Alexandr Solzhenitsyn

Ya en 1933, en la GPU de Jabarovsk, le aplicaron esta tortura a S.A. Chebotariov: lo encerraron desnudo en un nicho de cemento de forma que no pudiera doblar las rodillas, ni extender los brazos o cambiarlos de posición, ni volver la cabeza. ¡Y eso no era

Frase célebre de Alexandr Solzhenitsyn

¿Cabe asombrarse de que la palabra intelectualidad se haya consolidado en nuestro país como un insulto? ¡He aquí cómo se fabricaban los procesos judiciales públicos! La inquieta mente de Stalin había alcanzado por fin su ideal. Ya les hubiera gustado algo

Frase célebre de Alexandr Solzhenitsyn

La verdad me da un poco de envidia porque cuando yo iba en la escuela nunca se cancelaban las clases, ni por los terremotos ni por nada

Frase célebre de Juan Son

Dormido entre la hierba ya soñaba con tus manos

Frase célebre de Juan Son

Soy una persona inteligente, ¿en qué diablos estaba pensando?

Frase célebre de Britney Spears

Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos.

Frase célebre de Herbert Spencer

Yo estaba obcecado por la idea de ser director de cine y pensé que la única forma de conseguirlo sería entrar en el estudio. Entonces, me vestí como un ejecutivo y fingí durante tres meses.

Frase célebre de Steven Spielberg

Acabamos de ver que los atributos o, como otros los llaman, sustancias son cosas o, hablando con más propiedad, un ser que existe por sí mismo y que, por tanto, se da a conocer a sí mismo y se demuestra por sí mismo.

Frase célebre de Baruch Spinoza

... el derecho de interpretar las leyes y de comunicar las respuestas de Dios estaba en poder de uno, mientras que el derecho y el poder de gobernar el Estado según las leyes ya explicadas, y las respuestas ya comunicadas estaban en manos de otro.

Frase célebre de Baruch Spinoza

El mismo Salomón, en cuya época los asuntos judíos estaban en su máximo esplendor, alberga la sospecha de que todo sucede por casualidad...

Frase célebre de Baruch Spinoza

...las leyes reveladas por Dios a Moisés no fueron otra cosa que el derecho particular del Estado hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía obligación de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas mientras durara su Estado.

Frase célebre de Baruch Spinoza

...los antiguos, y no sólo los judíos, sino también los paganos, solían referir a Dios absolutamente todo aquello por lo que alguien superaba a los demás.

Frase célebre de Baruch Spinoza

...los judíos solían referir a Dios todas aquellas cosas que superaban su capacidad y cuyas causas naturales ignoraban en aquella época.

Frase célebre de Baruch Spinoza

Moisés no percibió todas estas cosas como verdades eternas, sino como preceptos e instituciones, y las prescribió como leyes. De donde resulto también que imaginaban a Dios como un rector, un legislador, un rey misericordioso, justo, etc.

Frase célebre de Baruch Spinoza

Moisés ordenó que todos los comprendidos entre los veinte y los sesenta años de edad tomasen las armas para el servicio militar y que sólo del pueblo se formaran los ejércitos. Éstos no juraban por el jefe del ejército ni por el sumo pontífice, sino por l

Frase célebre de Baruch Spinoza

No cabe duda, pues, de que los judíos, desde la disolución de su Estado, ya no están más obligados por la ley de Moisés que lo estaban antes del comienzo de su sociedad y de su Estado.

Frase célebre de Baruch Spinoza

No faltaba, además, la causa habitual, que siempre suele encender sin cesar el odio, a saber, su reciprocidad, puesto que las otras naciones no pudieron menos de corresponderles con el odio más terrible.

Frase célebre de Baruch Spinoza

Porque todos, tanto los que gobiernan como los gobernados, son hombres que rehúsan el trabajo y propenden al placer.

Frase célebre de Baruch Spinoza

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