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Frases célebres sobre: aba. [Página 37]

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Los planes son solamente buenas intenciones a menos que degeneren inmediatamente en trabajo duro.

Frase célebre de Peter Drucker

Poco importa si el trabajador quiere tener responsabilidad o no. La empresa debe exigírsela.

Frase célebre de Peter Drucker

Ganarse la vida no basta, el trabajo también tiene que hacer una vida.

Frase célebre de Peter Drucker

El 1º de mayo no es simplemente Día del trabajador” o fiesta del trabajo, como la simplicidad y la ignorancia ambiente lo creen. El 1º de mayo es día de protesta universal de los trabajadores manuales e intelectuales; es día de recordación del sacrificio,

Frase célebre de Ciriaco Duarte

Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos.

Frase célebre de Juan Pablo Duarte

Al volver del trabajo debes sentir la satisfacción que ese trabajo te da y sentir también que el mundo necesita ese trabajo. Con esto, la vida es el cielo, o lo más cercano al cielo. Sin esto-con un trabajo que desprecias, que te aburre y que el mundo no

Frase célebre de William Edward Burghardt Du Bois

El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.

Frase célebre de Alexandre Dumas (padre)

Por bien que se hable, cuando se habla demasiado, siempre se acaban diciendo tonterías.

Frase célebre de Alexandre Dumas (padre)

Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.

Frase célebre de Alexandre Dumas (padre)

Todo lo que puede sustituirse con facilidad puede ser abandonado más fácilmente.

Frase célebre de Alexandre Dumas (hijo)

Me informé de las leyes matrimoniales y me indignó la condición de esclava que se adjudicaba a la mujer.

Frase célebre de Isadora Duncan

Cuando oigo a los padres de familia que trabajan para dejar una herencia a sus hijos, me pregunto si se darán cuenta de que, por ese camino, contribuyen a sofocar el espíritu de aventura de sus vástagos.

Frase célebre de Isadora Duncan

Mi arte estaba en mí, cuando era niña, y si no quedó ahogado fue gracias al espíritu heroico y aventurero de mi madre. Estoy convencida de que todo lo que hombre hace en la vida empieza cuando se es muy niño.

Frase célebre de Isadora Duncan

En aquella época me resultaba difícil comprender por qué, habiendo despertado tal frenesí de entusiasmo y admiración en hombres como Andrew Lang, Watts, sir Edwin Arnold, Austin Dobson, Carlos Hallé y todos los pintores y poetas a quienes conocí en Londre

Frase célebre de Isadora Duncan

Permanecía horas y horas inmóvil y extática con las dos manos cruzadas sobre mis senos, cubriendo el plexo solar. Mi madre se alarmaba al verme tanto tiempo inmóvil, como en éxtasis; pero yo pude, al fin, descubrir el resorte central de todo movimiento, e

Frase célebre de Isadora Duncan

Entre los espectadores que me aclamaban en la sala, había un joven húngaro, con facciones y estatura de dios. Aquel joven debía transformar a la casta ninfa que yo era entonces en una bacante salvaje y desenfrenada.

Frase célebre de Isadora Duncan

Durante este viaje, recibí ovaciones delirantes de todos los públicos de las pequeñas ciudades húngaras. En cada una de ellas, Alejandro Gross ponía a mi disposición un coche victoria cubierto de flores blancas y arrastrado por caballos blancos. Vestida y

Frase célebre de Isadora Duncan

La verdad es que cuando yo empecé aquella peregrinación no tenía ningún afán de gloria ni dinero. Era una peregrinación puramente espiritual, y me parecía que el espíritu que yo buscaba era la invisible diosa Atenea que había todavía en las ruinas del Par

Frase célebre de Isadora Duncan

Deseaba estudiar, continuar mis investigaciones, crear una danza y unos movimientos que entonces no existían, y cada día era más fuerte el sueño de constituir una escuela, sueño que no me había abandonado desde mi infancia.

Frase célebre de Isadora Duncan

Bajo la mirada de sus ojos, se despertaban en mí emociones que yo ignoraba y sensaciones tan extáticas y terribles que parecía como si el placer me estuviera matando, y desfallecía para despertarme a la luz de sus ojos maravillosos.

Frase célebre de Isadora Duncan

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